Los ataques se registraron el domingo en la ciudad de Damboa e iban dirigidos contra las personas que regresaban de celebrar las festividades musulmanas del Eid al-Fitr, que ponen fin al sagrado mes de ayuno del Ramadán (el noveno mes del calendario islámico).
Los agresores luego dispararon proyectiles contra una multitud que se congregó en el lugar de los ataques para ayudar a las víctimas.
La cifra inicial de víctimas mortales era de 31 personas y unos 35 heridos.
Se calcula que más de 20 000 personas han muerto, la mayoría civiles, y más de 2,6 millones han abandonado sus hogares a consecuencia de la violenta lucha de Boko Haram en el norte de Nigeria.